domingo, 17 de marzo de 2013

PLAGA DEL PEZ LEÓN LLEGO AL CARIBE LUEGO DE SER LIBERADO POR ACUARISTAS

Biólogo colombiano analizó 755 ejemplares para saber cómo llegó al continente, desde el Índico.

 

Del pez león, esa especie extranjera que está invadiendo al Caribe como una plaga, se tenían muchas certezas. Por ejemplo, que hace honor a su nombre, pues se trata de una especie agresiva y, además, ponzoñosa, que destruye los arrecifes de coral al comerse los peces que lo pueblan, así como las larvas y ejemplares jóvenes que al crecer son clave para la supervivencia de este ecosistema. Al menos cincuenta especies de peces nativos y algunos crustáceos hacen parte de su dieta. (Vea especial multimedia sobre el pez león)

Todo esto estaba confirmado. Incluso, las cifras sobre su reproducción exponencial en nuestro continente, al punto de que hay muy pocos lugares entre EE.UU. y Colombia, pasando por Cuba o Puerto Rico, donde no lo hayan visto.

¿Pero cómo llegó?
¿cómo un pez tan pequeño y lento pudo hacer un viaje transoceánico desde Indonesia, Malasia, Australia o Nueva Zelanda- de donde es originario- para instalarse en esta parte del planeta?

Había muchas versiones e hipótesis. Pero acaba de salir a la luz la única teoría sustentada: el pez león se instaló en el Caribe luego que varios de ellos fueron liberados irresponsablemente por acuaristas de la Florida, que los habían traído desde el Índico y el Pacífico como ejemplares de colección. Desde allí, llegaron por corrientes al resto de islas y costas del Atlántico, donde se reprodujeron.

Lo prueba Ricardo Betancur, doctor en biología molecular, vinculado como investigador en The George Washington University.

"La fuente de la invasión se debería a múltiples liberaciones del pez, ya sea accidentales o deliberadas. Sin embargo, de acuerdo con los análisis genéticos y con la progresión de la invasión según los registros, existiría un único foco de introducción en Florida", dice Betancur, cuyo estudio fue publicado en la revista científica Journal of Biogeography.

Para lograr darle peso a esta idea, el equipo liderado por Betancur examinó con herramientas moleculares datos genéticos de 755 peces león capturados en seis poblaciones de Bermudas, Bahamas y la costa este de Estados Unidos.

En estos ejemplares se halló una marcada disminución en su variedad genética. Esto quiere decir, que al ser hijos de unas pocas parejas de peces liberados hace 10 o 20 años, estos han terminado reproduciéndose entre 'familiares' (endogamia), lo que ha reducido su diversidad.

Esto no ocurre en Indonesia, Malasia o Nueva Zelanda, donde la especie puede tener contacto con un grupo más amplio de ejemplares, que se han reproducido en diversos lugares del Índico, lo que le permite lograr una genética más diversa.

Durante más de cuarenta años, cerca de 80.000 peces león pertenecientes a dos especies (Pterois volitans y P. miles) fueron importados desde Indonesia y Filipinas hacia la Florida.

Allí, acuaristas aficionados que, seguramente, no podían cubrir los costos que demanda la tenencia en cautiverio de estos peces, habrían decidido liberarlos y arrojarlos al mar, pensando que era un mejor hábitat para ellos.

Otra fuente de invasión, explica Betancur, fue el escape accidental de seis peces, producido cuando el huracán Andrew, en 1992, rompió varios acuarios.

En el país, el pez ha generado alertas, principalmente en Taganga, el parque Tayrona, las Islas del Rosario y San Andrés y Providencia.

El Ministerio de Medio Ambiente, en equipo con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), ha organizado talleres de sensibilización con las escuelas de buceo y los pescadores. Según el Instituto Humboldt, este pez ya ha sido catalogado como una de las 581 especies invasoras que afectan la biodiversidad nacional, de las cuales 109 son de altísimo riesgo.

¿Para que nos sirve saber cómo llegó el pez al Caribe, si ya está haciendo estragos?
Betancur explica que rastrear el origen de la invasión, aunque parece a simple vista no dar solución al problema que enfrentan los ecosistemas marinos, puede ayudar a pronosticar futuras etapas de dispersión, para que se tomen medidas preventivas.

"De esta manera, autoridades ambientales y entes tomadores de decisiones en otros países de la región -por ejemplo en Brasil, donde aún no se ha reportado-pueden desarrollar acciones para adelantarse a sus catastróficos efectos", dice el científico. Su erradicación del Caribe es imposible. Un estudio reciente indica que para lograr un declive significativo del pez, deben pescarse mensualmente, al menos, el 27 por ciento de los adultos invasores de una población. Por eso, una opción de control sería comerlo.

Esto fue sugerido recientemente en una investigación publicada en el The New York Times. A pesar de su extraña apariencia y del peligro que representa, su carne ha sido calificada como "de buena calidad".
'El único depredador conocido del pez león está en extinción en Colombia'
Ricardo Betancur, el investigador que pudo sustentar la forma en que el pez león llegó a las costas del Caribe, dice que el pez mero, su único depredador, ha sido acabado en el país por la sobrepesca.

¿Cuál es el impacto del pez león en el arrecife?
Existe una creciente preocupación debido al desequilibrio que se estaría generando en las cadenas alimentarias de los ecosistemas marinos y a las repercusiones negativas que esto tendría sobre las pesquerías. El principal problema es que los peces león se alimentan de los juveniles nativos, impidiendo la culminación de su ciclo reproductivo. Un estudio experimental conducido durante cinco semanas en Las Bahamas demostró que en arrecifes con peces león, la etapa de transición de larvas a juveniles en peces nativos (conocida en biología como reclutamiento),  puede reducirse hasta en un 80 por ciento.
Entiendo que una de las características de una especie invasora es que no tiene depredador natural. 

¿Sucede esto con el pez león?
En realidad si tiene depredadores. A pesar de sus ponzoñosas espinas, se han encontrado individuos de peces león en estómagos de meros nativos. También existen reportes menores que sugieren que ciertas especies de pargos y morenas estarían consumiéndolos. Una investigación reciente en Las Bahamas sugiere el uso de meros como una estrategia de control biológico. Se encontró que en sitios prístinos, donde todavía los meros mantienen una alta densidad, la abundancia de peces león puede llegar a ser hasta 10 veces menor que en sitios menos conservados. Desafortunadamente, las poblaciones de meros en Colombia se encuentran dramáticamente afectadas debido a la sobrepesca.

Vemos en gráficos que el aumento de ejemplares de peces león ha sido exponencial. ¿Cómo podría controlarse o qué hacer frente a esto? 
Aunque la erradicación del pez león en el Atlántico es virtualmente imposible, se requiere la implementación urgente de medidas para controlar el problema, como campañas de extracción frecuentes. Sería insostenible desarrollar dichas campañas a lo largo de los 1.600 kilómetros de costa Caribe colombiana; más bien, deben priorizarse áreas vulnerables y con interés de conservación, como son los Parques Nacionales Naturales (p. ej., Tayrona, Corales del Rosario, San Andrés y Providencia).

Algunos han hablado de volverlo comestible. ¿Este camino es viable?
Si, una opción viable sería educar a las comunidades nativas para que consuman este pez y lograr así estimular su extracción. Es importante aclarar que el veneno se localiza en las espinas de las aletas y se descompone rápidamente al cocinarse. Philip Kramer, director del programa de Nature Conservancy, propone que en lugar de comer sopa de aleta de tiburón, se puede hacer una contribución ambiental positiva consumiendo pez león.

 http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/ecologia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10191068.html

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